Investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche han creado un sistema interactivo pionero en el mundo que permite a un usuario utilizar un ordenador y navegar por Internet a través únicamente de las señales cerebrales.
La interfaz permite lograr una interactividad entre el usuario y el ordenador. Consiste en un gorro que incorpora hasta más de medio centenar de electrodos que captan la actividad cerebral. A través de amplificadores, el computador procesa las señales registradas y, con los algoritmos desarrollados por los investigadores, determina qué piensa la persona.
Permite hacer búsquedas en Internet, mover el ratón, corregir movimientos, escribir un documento, abrir una carpeta o crear un archivo“, ha explicado el investigador y profesor de la UMH Eduardo Fernández.
Aunque inicialmente no permite usar programas sofisticados, como Photoshop, “aunque se podría alcanzar”, ha añadido Fernández, “no es el objetivo que se busca”, pues la idea es dar prioridad a aquellas necesidades que pueden ser más útiles para las personas con discapacidad”.
“El objetivo del proyecto es ayudar a los discapacitados para que éstos puedan interactuar con un ordenador, si bien también podría aplicarse a cualquier dispositivo, como un interruptor de luz”, ha manifestado el investigador ilicitano.

MÁS SOBRE LA NUEVA TECNOLOGÍA

La tecnología básica empleada en este proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia con 130.000 euros, no es novedosa -ya se ha aplicado para usar dispositivos con la vista-, pero sí lo es su aplicación al manejo de ordenadores, “lo que hace a este proyecto único en el mundo”.
La interfaz, que usa señales electroencefalográficas (EEG), permite detectar cuál es la intención de la persona mediante potenciales evocados, que corresponden a señales EEG que reflejan una respuesta automática del cerebro a un estímulo visual externo.
El siguiente paso de este proyecto, tal como ha asegurado otro de los investigadores José María Azorín, es “comprobar que funciona en personas con diferentes discapacidades, ya que por ahora sólo se ha probado en personas sanas y, no en vano, el proyecto está hecho pensando en los dependientes”.